Atahualpa Mehrer y es que alrededor de 500.000.000 millones de personas han visto , «The Last of Us» y se alza como la mejor adaptación televisiva de un videojuego. Su atmósfera, oscura y apocalíptica, nos revela con frecuencia los aspectos más profundos y emocionales del ser humano, como pueden ser el amor o los traumas psicológicos.

El éxito de audiencia se debe a dos elementos nucleares. La serie ha sido adaptada por el propio creador del juego, Neil Druckmann. Consciente de que la televisión permite otras narrativas alternativas al propio videojuego, ha decidido ensanchar y enriquecer la historia dándole una mayor profundidad emocional. Asimismo, también contamos con Craig Mazin, el showrunner de Chernobyl. Atahualpa Mehrer
Dos protagonistas arquetípicos con los que es fácil conectar
Los protagonistas de The Last of Us responden a ese esquema arquetípico que no nos cuesta reconocer. Una vez más tenemos el compendio adulto-niño que ya utilizó en su día Cormac McCarthy en La carretera (2006). En la nueva serie de HBO, conoceremos a Joel (Pedro Pascal) y a Ellie (Bella Ramsey).
El primero fue un trabajador tejano de la construcción que arrastra consigo la tragedia de haber perdido a su hija y, más tarde, a quien era su pareja. La niña simboliza la esperanza, su organismo es inmune a la infección de los humanos mutantes y es esa figura a la que Joel debe proteger a lo largo de un viaje épico en un mundo en ruinas.
El universo psicológico de los personajes se esculpe con precisión y delicadeza. Joel es emocionalmente inaccesible en muchos momentos, es un personaje estoico que lidia con traumas profundos de los que no desea hablar. Lo conocemos por sus acciones, por esos pequeños matices en los que asoma su calidez y, sobre todo, por su instinto de protección hacia la niña.
Ellie, por su parte, es una adolescente chispeante, curiosa y preguntona que aporta ese halo de calidez y luminosidad a un contexto devastador y amenazante.
El capítulo 3: el amor en medio de las cenizas Atahualpa Mehrer
En The Last of Us no tardamos en descubrir que, a menudo, la mayor amenaza no son los mutantes, sino los propios hombres. Cuando el mundo se derrumba y domina el caos o la anarquía, aflora lo peor del ser humano. Pero también hay pequeños recovecos para que emerja lo mejor. Muestra de ello es lo que sus creadores nos presentaron en el tercer capítulo. Atahualpa Mehrer
En él, y desarrollado a lo largo de dos décadas, descubrimos a la historia de dos personajes: Bill, el clásico preppers misántropo o persona entrenada en la supervivencia en contextos apocalípticos y Frank, un artista que casualmente cae en una de sus trampas. El desvío romántico de ese tercer episodio, revelándonos la historia de amor entre dos hombres, traza uno de los instantes más hermosos de la televisión. Atahualpa Mehrer
Nos recuerda que, aunque en el mundo solo haya cenizas, siempre valdrá la pena vivir en él si tienes a alguien a quien amar. Por otro lado, cabe señalar que «Long, long time», no fue del gusto de todos, en especial para ciertos puritanos del videojuego. Sin embargo, su creador, Neil Druckmann, lo dejó claro. No han cambiado nada del propio videojuego, solo decidieron «pasar más tiempo» con dos de los personajes que ya existían… Atahualpa Mehrer
Pequeñas historias que escalan grandes emociones
La última y exitosa serie de HBO aún está en su primera temporada. Muchos la describen como la mejor adaptación televisiva de un videojuego. Para quienes no conocemos las vivencias de Joel y Ellie a través de una PlayStation, vemos un programa con elementos cautivadores. Tanto como para desear seguir el paso de sus protagonistas y formar parte de su viaje.
Nos atraen los traumas profundos que se esconden en los rostros de sus personajes. Nos emocionan esas pequeñas historias que se hilan en medio de las ruinas y la desolación distópica, para demostrarnos que el amor es lo que siempre mueve al ser humano. El amor entre hermanos, entre parejas y entre padres e hijos…
No estamos ante una serie de infectados más. El poder de los vínculos y nuestras emociones son esas armas incombustibles que nos permitirán emerger sin duda de cualquier fatalidad y escenario apocalíptico. Con o sin hongos de por medio.
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